Desde el nacimiento empieza la ortodoncia preventiva. Desde el
primer año de nacido los padres deben crear hábitos alimenticios en los niños
que favorezcan la masticación para estimular el crecimiento o funcionamiento de
los maxilares.
El consumo de alimentos duros como la
manzana, zanahoria, frutos frescos, y desgarrar grandes pedazos de carne contribuyen
al buen crecimiento o desarrollo de las estructuras cráneo maxilares y evitan los problemas de mal oclusion o
apiñamiento.
Una buena dentición también dependerá de
eliminar hábitos como la succión digital (chupar dedo), controlar el tetero
(máximo hasta los dos años), la respiración oral y la incompetencia labial
(labios separados).
El tratamiento temprano con ortopedia
maxilar, diferente al tratamiento con brackets, se puede empezar a la edad de 7
u 8 años, pero con técnicas especiales que involucran solo aquellos dientes que
han terminado su madurez.
La ortodoncia correctiva (brackets) es
recomendable después de los 13 años cuando el niño tiene completos sus dientes
permanentes.